miércoles, 9 de noviembre de 2011

Scales of War resumen del 06/11/2011

La sesión tuvo lugar el pasado domingo en casa de Pepe, con él mismo como máster, como Jugadores: Dickinson (Urlock, lvl 9 Warlock), Diego (Slar, lvl 9 ranger), Ruben (Beleg, lvl 9 swordmage), Pedro (Iannan, lvl 9 ranger), Oscar (Kurtis, lvl 9 bardo) y Alex (Marcial lvl 9 bárbaro).

Como no participé en las anteriores sesiones, voy a proceder a narrar los hechos desde mi punto de vista sin referencias a otros personajes.
Llegamos mi primo y yo (parece ser que éramos primos tb en el módulo, pero no lo tengo del todo claro al pertenecer a razas distintas, pero con los capones del máster ya se sabe, si quieres jugar en un módulo ya comenzado, te callas la boca y dices que sí) a una posada de un pequeño pueblo, a una semana de viaje de una importante ciudad enana, a la que voy a llamar Forjaz mismamente, porque no me acuerdo del nombre.
Pues bien, mientras estábamos en la posada del pueblo, un grupo de cuatro aventureros escandalosos , formados por un draconiano, un humano, un goliath y un elfo (ahora premio para los que acerteis quién es quién XD) irrumpieron en la taberna, al grito de ¡cerveza fría y putas!, y comenzaron a beberse hasta el agua de los floreros. Especialmente salido estaba el elfo, que no hacía nada más que tirarle caña a todo lo que se le cruzaba por delante, ya fuera vegetal, animal o mineral, y que aderezó la cerveza pidiendo, como buen elfo una ensalada... pero de jabalí, y digno de ver fue también observar cómo el draconiano se escondía en una esquina para espiar a un panadero.... yo tampoco lo entiendo.
Mientras el pueblo entero asistía estupefacto a los bailes y jolgorios, y yo contemplaba de primera mano lo que significa "corretear cual pollo sin cabeza", un mensajero de la ciudad de los enanos llegó a la posada con un mensaje urgente, en el que solicitaba la ayuda de un grupo de aventureros comandados por un paladín que respondía al nombre de Huma, pero en caso de no encontrarlo, cualquier grupo serviría.
En el pueblo me informaron de que los espasmódicos etilizados, buscadores de busconas, eran en realidad parte del grupo de los "¿siete calzones violetas?"(creo que se llamaban así, pero no lo recuerdo), aunque su líder Huma, no se encontraba en el pueblo en estos momentos. Les dejé un mensaje en la taberna para entablar contacto con ellos al día siguiente, ya que en su estado actual, corríamos peligro de que se desencadenara una matanza.
A la mañana siguiente, y rodeados por el magnífico silencio que proporciona una buena resaca, cuya onerosa carga soportaban los ya no tan alegres danzarines, (con excepción hecha del bárbaro, que no sabe de resacas), les informamos de que una sacerdotisa de Forjaz, que respondía al nombre de Lavinia, reclamaba nuestra (su) asistencia, pues estaba sucediendo algo muy grave, pero no quería entrar en detalles por correo, y que teníamos (tenían) que partir para allí de inmediato. Así que ya plenamente integrados en el grupo de los calzones colorados, nos encaminamos a Forjaz, a la que llegamos tras una semanita de viaje tranquilo y sin complicaciones.
Nada más llegar a Forjaz, nos encaminamos a la casa de Lavinia, y al llegar allí, nos encontramos con que estaba cerrada de un modo muy sospechoso, así que ni corto ni perezoso, nuestro bardo tan habilidoso, forzó la puerta nada cantoso, mas tropezose con un hecho asqueroso, y es que un ranger se le meó incontinoso.
La casa estaba desordenada, pero de un modo sistemático, pudiéndose deducir que había sido registrada. Sospechando lo peor, los dos rangers y el warlock salieron a inspecionar la parte trasera de la vivienda, mentras que los otros tres se encaminaban al templo a ver si encontraban a la clériga.
En la parte trasera de la casa, Iannan encontró un rastro (de seguir) y procedimos a hacello. Mientras estábamos con lo nuestro, observamos al final de la calle a un grupo de 5 pintas que nos estaban intentando emboscar, a lo cual respondimos intentando emboscarlos nosotros desde nuestra posición. 
Tras un buen rato, y visto que ninguno de los dos grupos se animaba a levantar su emboscada, nosotros los rodeamos e intentamos seguir el rastro, a lo que el otro grupo respondió siguiéndonos de lejos. Mucho respeto nos teníamos todos, total pa na, como se verá a continuación.
Continuará....

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